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sábado, 30 de noviembre de 2013

La Historia del Amor Cruel: Capítulo CXXX.- Una oscura historia de Doña Petronila, cuando residía en casa de Don Antonio y nunca logró el objetivo que ella quiso conquistar...

Hola amigos: A V UELO DE UN QUINDE EL BLOG., contnuando con La Historia del Amor Cruel entre Iarma y Olzagon y como informamos en el capítulo anterior Don Antonio tuvo una agria y fuerte discusión telefónica con su cuñada Doña Petronila (Petra) por la relación amorosa de Ofelia con Olzagon, esto fue matizado con pesadillas que atormentaban a Don Antonio que finalmente le hizo superar su orginal aversión contra Olzagon, pero lamentablemente intervino Doña Petra, quien hizo clara advertencia de su total rechazo a la presencia de Olzagon como enamorado de su sobrina Ofelia.
Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen la consistencia del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derecho de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.

Pero para curiosidad de nuestro lector : ¿Quién fue Doña Petronila?
Diremos:
Ella fue solamente la hermana menor de la esposa de Don Antonio, que aún se mantenía viva; ella representaba la única superviviente de esa familia y ejercía un poder total sobre la voluntad de Don Antonio.
En cierto lapso del matrimonio de Don Antonio; Doña Petronila vivió con ellos y como siempre la presencia de una cuñada soltera constituye la perturbación de la familia, por que parece que ella se enamoró del cuñado; además estas intromisiones suelen presentarse como una trampa sentimental en las mejores familias y con mucha frecuencia.
Naturalmente;  Don Antonio estaba profundamente enamorado de su esposa y nunca dio espacio como para observar las miradas provocadoras de la intrusa cuñada; en el trajín de la existencia de este matrimonio, no había mucho tiempo para pasar en el hogar disfrutando la compañía de los esposos y por esta razón la esposa enfermó, cayendo en cama con una profunda depresión.
Enfermedad que afectó todo el organismo, dejándolo sin defensas que finalmente le provocó un cáncer a las mamas, que se volvió incurable por haber llegado a la metástasis generalizada, para llegar a la muerte tuvo una larga agonía dolorosa que la finada se volvió paranoica de tanto sufrimiento, todo indica o parece que se negaba a morir por que dejaba en la horfandad a su única hija (Ofelia) de tres años de edad.
Doña Petronila, acusaba a Don Antonio, de ser el culpable de la prematura muerte de su hermana por no haber puesto mucho empeño en su curación; además, lo acusaba de haberla abandonado a su suerte; la finada antes de morir encargó a la hermana el cuidado de Ofelia, que lo tomó muy en serio Doña Petra, quien comenzó a ejecer mucho autoridad en la marcha de ese hogar, creyéndose como el reemplazo de la que murió.
Y por su puesto era su deseo convertirse en la nuva compañera sentimental de Don Antonio, pero él nunca le nació una pizca de sentimientos amorosos, más bien la miraba como la "nana" de la familia no invitada, actitud que detestaba Doña Petra.
Doña Petra, estaba decepcionada por la inutilidad de sus esfuerzos en convencer a Don Antonio se vuelva su pareja sentimental, siempre actuaba como una "mansa paloma", se mostraba cariñosa, muy ágil en los quehaceres del hogar y en una fiel ama de casa con extrema puntualidad y mucha trabajo en la presentación impecable del hogar; asimismo como una excelente anfitriona que desbordaba en atenciones a los invitados de Don Antonio.
Con esos dones y cualidades la pintaban como la segura sucesora y compañera sentimental para Don Antonio; pero él, se mantenía fiel a su finada esposa y la calificaba como una grosera entrometida al acusarlo de haber permitido la muerte de su esposa; él, estaba seguro que hizo todo lo humanamente posible para salvar la vida de su finada esposa, nunca la descuidó, siempre estuvo a su lado en los momentos álgidos, más bien sentió desprecio e incomodidad con la ´presencia de Doña Petra en su casa.
Y como bien dice el refrán: "No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista"; una noche Don Antonio tomó la decisión de expulsar de su casa a su antipática cuñada y como ella era muy precavida, buscaría un motivo que le haga posible echarla de su domicilio y librarse de su indeseable presencia, vaya que la encontró, tendiéndole una trampa.
Como ya se había dado cuenta que ella estaba interesada en él, pues entonces, había que aprovechar un desliz acompañado de una cena con unos tragos e insinuar la presencia de ella en su dormitorio, un día jueves cenaron juntos y Don Antonio abrió una botella de vino borgoña para asentar la cena, brindaron y se terminaron el contenido de toda la botella y por su puesto Doña Petra estaba embriagada y en toda su candidez y deseos reprimidos afloraron y sin pensarlo dos veces se lanzó a los brazos de Don Antonio tratando de besarlo; pero él, los evitó con mucha decencia y todo esto sucedía con la presencia de la Nana, testigo clave para el cumplimiento del plan de Don Antonio.
Doña Petra, insistía buscando la boca de Don Antonio y él la rechazaba docilmente, hasta que ella que consideraba su única oportunidad, agarró por el cuello a Don Antonio con todas sus fuerzas, buscando sus labios para besarlo, justo el motivo que esperó por muchos años Don Antonio para reprenderla, diciéndole:
--- Por favor Petronila, serenate que estás haciendo el papel de redícula y faltado el respeto a la casa.
La respuesta de Don Antonio, constityó como un elixir despertando las pasiones escondidas de Doña Petra, quien contestó:
--- Antonio, no te hagas el mojigato; sé muy bien que me deseas como una hembra, sino que guardas las aparienicas hipócritas en la casa, ahora tienes la oportunidad de hacerme tuya y te prometo que me convertiré en tu mejor esposa, incluso superaré a la pusilánime mujer que tuvistes en mi hermana...........
Don Antonio, le interrumpió y levantando la voz, le dijo:
--- Basta, basta, basta, Petronila. no insultes a la mujer que me acompañó como una digna esposa; pues, ahora mismo abandona la casa y no deseo verte nunca más en mi vida.
Entonces, intervino la Nana, diciendo:
--- Por favor Don Antonio, tenga un poco de piedad con Doña Petra, no la expulse de la casa a estas horas de la noche; que se quede a dormir hasta mañana y en día claro ella sabrá irse al lugar donde vivirá.
Don Antonio, sabía que la Nana decía la verdad en acción de piedad, pero él, sabía que si la dejaba a dormir; mañana se disculparía y todo seguiría  normal y replicó  a la Nana, así:
--- No debemos dejar un minuto más la presencia de esta mujer en nuestra casa, más bien voy a encender el motor del carro  y la llevaremos a su casa donde las hermanas la recibirán con los brazos abiertos, al menos eso espero que suceda.
Mientras tanto, Doña Petra, se había quedado profundamente dormida sobre el mueble de la sala, o al menos eso aparentaba y en efecto ella, estaba haciéndose la dormida como una zorra muy astuta y poco a poco se iba retirando la ropa del cuerpo y como la Nana de la casa, fue a un cuarto a buscar y recoger una frazada para taparla para que le cubra su cuerpo para evitarle un resfrío, pero esa noche no aparecía la frazada y demoraba en encontrarla.
Tiempo que aprovechó Doña Petra para desnudarse y se colocó una bata, en esos momentos llegó Don Antonio y se dirigió al mueble donde suponía estaba profundamente dormida Doña Petra, se acercó y puso uno de sus manos debajo de los glúteos y la otra a la altura de la espalda para levantarla en vilo y llevarla al carro; pero tuvo tremenda sorpresa que ella aprovechó para besarlo y con una mano rompió la bata quedándose totalmente desnuda y gritó:
--- Dejame desvergonzado y malvado hombre, no abuses y no quiero tus apestosos besos, eres un pervertido y miserable cañalla.
El sorprenido hombre solo reaccionó tirando el cuerpo de la agresiva mujer al mueble y cayó totalmente desnuda; la Nana que seguía buscando la frazada, escuchó horrorizada los alaridos insultantes de Doña Petra contra Don Antonio...... continuará.................
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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