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lunes, 23 de septiembre de 2013

Cultura en Español: La cultura en español despide a Álvaro Mutis, el navegante de la literatura


La cultura en español despide a Álvaro Mutis, el navegante de la literatura
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La cultura en español despide a Álvaro Mutis, el navegante de la literatura
(EFE) – hace 11 horas 
Redacción Cultura, 23 sep (EFE).- El mundo de la cultura en español de uno y otro lado del Atlántico ha destacado hoy la hondura y trascendencia literaria de Álvaro Mutis, creador de Maqroll el Gaviero, "alter ego" de su poético retrato de la desesperanza ante lo humano, pero también de la plenitud y vitalidad de la naturaleza.
Mutis, fallecido este domingo en México D.F. a los 90 años, nació en Santa Fe de Bogotá (Colombia) en 1923, aunque su vida viajera comenzó muy temprano porque, como hijo de diplomático, a los dos años ya estaba el futuro escritor en Bruselas.
Tenía nueve años cuando murió su padre, y la familia regresó a Colombia, al lugar que el escritor acabaría eligiendo como patria: la finca de café y caña de azúcar fundada por su abuelo en Coello (Tolima, Colombia), en las estribaciones de la Cordillera Central Andina.
"He intentado a lo largo de mi obra perpetuar ese rincón, y en mi poesía están los cafetales, los ríos torrentosos, la naturaleza salvaje, los árboles con flores bellísimas, rojas, violetas o blancas. De este sitio decidí ser, y ésta fue mi patria", dijo Mutis sobre el lugar que marcaría definitivamente su obra.
El Gobierno colombiano, por medio de su ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba, ha situado hoy a Mutis "en el panteón de los clásicos de la literatura universal", y le ha calificado como "una voz poética sin par en la poesía iberoamericana".
El autor chileno Jorge Edwards, actual embajador de Chile en Francia, ha calificado hoy a Mutis como "un escritor de la imaginación" y "un poeta". "Cuando escribía en prosa, también lo hacía como un poeta", ha explicado.
La idas y venidas familiares en Europa y América inculcaron la fascinación por el mar en Mutis, que se estableció en México en 1958, tras viajar por todo el mundo trabajando como relaciones públicas para compañías internacionales y de tener algún problema legal con una de ellas, la multinacional Esso, que le llevó a pasar unos meses en prisión.
Su primer libro fue el poemario "La balanza" (1948) y después conquistó la literatura en español gracias a su "alter ego", Maqroll el Gaviero, protagonista de siete de sus nueve libros de narrativa.
Este marino que también escribe poesía proporcionó a Mutis los más importantes galardones de la letras en español, como el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias, el Reina Sofía de Poesía o el Nacional de las Letras y el de Poesía en Colombia.
El Gobierno español, a través de su ministro de Cultura, José Ignacio Wert, ha calificado hoy a Mutis como "uno de los poetas y narradores más importantes de su generación" y ha recordado que "impregnó de una singular lucidez y desesperanza su visión sobre la historia del ser humano y su efímera existencia".
"El Gaviero viene de mis lecturas de Conrad, de Melville, sobre todo de 'Moby Dick'. Es el tipo que está allá arriba, en la gavia, que me parece el trabajo más bello que puede haber en un barco, allá entre las gaviotas, frente a la inmensidad y en la soledad más absoluta", explicó el autor sobre el personaje que marcó su literatura.
Y el escritor colombiano Santiago Gamboa calificaba hoy a Mutis como "una especie de Joseph Conrad latinoamericano" y un autor para el cual el mar "era siempre la metáfora de un espacio de personas con grandísimos valores" que aprecian "por encima de todo la amistad".
Gamboa destacó también que el autor de "Iliona llega con la lluvia" fue uno de los pocos autores que hizo "poesía en prosa" con enorme éxito.
Y es que Mutis se consideraba sobre todo "un servidor de la poesía", género al que consideraba como "forma privilegiada de la expresión humana" y que trufó toda su vida literaria -"mi obra es un poema continuo", dijo-, tal vez en busca de respuestas, porque consideraba que "la poesía tiene la capacidad de revelar la verdad más íntima del hombre sobre sí mismo y sobre su mundo".
EFE
 
Álvaro Mutis
(Álvaro Mutis Jaramillo; Bogotá, Colombia, 1923 y murió 22 de setiembre de 2013) Escritor y poeta colombiano. Autor destacado por la riqueza verbal de su producción y una característica combinación de lírica y narratividad, participó en sus inicios del movimiento de poetas agrupados en torno a la revista Mito. Influido por Pablo Neruda, Octavio Paz, Saint-John Perse y Walt Withman, empleó la poesía como vía de conocimiento para el acceso a universos desconocidos, a nuevos mundos donde fuese posible el amor y la buena muerte. Su álter ego es Maqroll, un aventurero sombrío y a la vez inocente, que canta a la frágil condición humana. Su obra ha sido reconocida con galardones tan prestigiosos como el Príncipe de Asturias (1997) y el Premio Cervantes (2001).

Álvaro Mutis
Hijo del abogado internacionalista Santiago Mutis Dávila y de Carolina Jaramillo, en 1925 su padre ingresó al servicio diplomático y la familia hubo de trasladarse a Bruselas, donde el jefe de familia había sido nombrado ministro consejero. En Bélgica nació, en 1928, su hermano Leopoldo, y en 1931 murió repentinamente su padre. La afligida madre retornó a Colombia y se instaló en la finca Coello (ubicada en la confluencia de los ríos Coello y Cocora, en el departamento del Tolima). La finca había pertenecido al abuelo materno, el pionero Jerónimo Jaramillo Uribe, uno de los fundadores de Armenia, y doña Carolina acababa de heredarla. Mutis permaneció en Bruselas estudiando en el colegio Saint Michel de los padres jesuitas, en el que se empapó de conocimientos históricos, muy especialmente sobre Bizancio.
La finca Coello, y en general Colombia, representaron en esos años para Mutis un sitio de vacaciones. Sin embargo, la experiencia del contacto físico con el trópico, con el clima de la tierra caliente, el aroma del café, el plátano y los árboles frutales marcarían su posterior producción literaria. Pese a que para Mutis el mundo era Europa, los reiterados viajes en barco a Colombia (en pequeños buques de carga y pasajeros, que llegaban a Buenaventura tres semanas después de zarpar, al cabo de las cuales había que desplazarse en automóvil, tren y caballo hasta el hogar materno) fueron otra experiencia fundamental en la formación del escritor. No es raro, entonces, encontrar que el personaje principal de las novelas de Álvaro Mutis, Maqroll el Gaviero, se debata entre ciertas contradicciones, viva entre Europa y América, en mundos totalmente contrastantes, considere el Viejo Continente como la cuna de la civilización y al Nuevo Mundo como la fuerza, y que, insatisfecho con uno y otro, intente crear en sus aventuras un universo acorde con sus ideales.
Álvaro Mutis no acabó el bachillerato. Por problemas financieros de su madre, hubo de abandonar el colegio en Bruselas y se matriculó en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en Bogotá. Pero no le interesaba estudiar el pensum regular; le gustaba leer libros de historia, de viajeros y de literatura, y no le preocupó aprender matemáticas y otras minucias. En 1941, con sólo dieciocho años, prefirió casarse con Mireya Durán, con quien tendría tres hijos.
Como muchos de los grandes escritores contemporáneos, cumplió un exigente periplo de lecturas formativas que se inició con Julio Verne y Emilio Salgari, pasó por Honoré de Balzac y Flaubert y por los maestros rusos (Dostoievski, Tolstoi, Chéjov) para terminar, en esa primera etapa, con Kafka, Werfel y Rilke. De los latinoamericanos también leyó mucho, pero quien más lo conmovió fue Pablo Neruda con su Residencia en la tierra. En el Colegio del Rosario tuvo como profesor de literatura a Eduardo Carranza, quien le enseñó la importancia de poetas como Juan Ramón Jiménez y los españoles de la generación del 27.
Una vez casado, y para ganarse la vida, se vinculó a la radio. Inicialmente, en 1942, trabajó en la emisora Nuevo Mundo, que con los años se convirtió en la matriz de la Cadena Radial Colombiana, Caracol. Allí reemplazó a Jorge Zalamea en la dirección del programa "Actualidad literaria". Se relacionó con el mundo intelectual y bohemio de Bogotá y conoció al crítico Casimiro Eiger, a quien Mutis agradecería el facilitarle la entrada en el mundo de las letras. Este misterioso personaje escapado de las obras de Proust ejerció cierto papel tutelar en la joven intelectualidad de entonces, similar al que cumplió Ramón Vinyes en el Grupo de Barranquilla.
Se hizo también amigo de los críticos y escritores Hernando Téllez y Eduardo Zalamea; frecuentaba los tradicionales cafés El Molino, El Asturias y El Automático, donde se acercó a dos generaciones distintas de poetas: los Nuevos y los de Piedra y Cielo. Conoció además a los hermanos Otto y León de Greiff, el primero de ellos muy importante en su formación como melómano. En 1942 fue contratado por la Radiodifusora Nacional como locutor de noticias, actividad en la que permaneció hasta 1946, cuando la Compañía Colombiana de Seguros lo nombró jefe de redacción de su revista institucional Vida; allí aparecieron sus primeros escritos: pequeños retratos literarios de Joseph Conrad, Alexander Pushkin, Antoine de Saint-Exupéry o Joachim Murat. Y también su primer poema, titulado "La creciente".
Durante esa época tuvo un acercamiento importante a los surrealistas: Saint-John Perse, traducido por Jorge Zalamea, André Breton y su Poisson salubre. Este último fue determinante en sus primeros poemas, pues quiso ser surrealista, al punto que sus versos iniciales los iba a titular "La cebra perfumada". También recibió la influencia del poeta venezolano Juan Sánchez Peláez, agregado cultural de la Embajada de Venezuela en Bogotá, quien lo llevó a un mundo mágico, a un vocabulario deslumbrante. En 1947 conoció al poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón, que era el embajador de Guatemala en Colombia, y a los pintores Fernando Botero y Alejandro Obregón.
El año siguiente se hizo amigo de Ernesto Volkening, quien, al igual que Casimiro Eiger, cumplió un papel importantísimo en el periplo literario de Mutis. Eiger conoció fragmentos de la obra de Mutis y lo animó a publicar algunos textos en el suplemento del periódico La Razón, que dirigía Alberto Zalamea. Por ese entonces existía el grupo de los Cuadernícolas, el cual, aunque no era homogéneo, gustaba de publicar sus versos en cuadernos. Mutis siguió la moda y, junto con Carlos Patiño Roselli y alentado por Volkening, publicó el cuaderno de poesía La balanza, con ilustraciones de Hernando Tejada, que se agotó por incineración el 9 de abril de 1948. El cuadernito recibió algunas críticas y Mutis esperó cuatro años para publicar su segundo libro: Los elementos del desastre, que por su frescura y pureza conmovió el mundo de las letras colombianas.
El trabajo consta de catorce poemas que configuran una visión apocalíptica del hombre, en los que se muestran la duda, el miedo y la destrucción, elementos que aniquilan al ser humano. Este libro contó con la lectura crítica de Volkening y con él se configuró Mutis como el principal poeta joven colombiano. Mientras se consolidaba como escritor, inició una importante carrera como relacionista público y publicista pues, desde un comienzo, comprendió que con la literatura no iba a percibir mayores ingresos. Fue director de publicidad de la Compañía Colombiana de Seguros y de Bavaria, jefe de relaciones públicas de Lansa, y, tras la quiebra de esta última compañía, pasó a ser en 1954 jefe de relaciones públicas de la Esso. Tales empleos le obligaban a viajar, con lo que conoció todo el país y parte del mundo. Muchos de sus poemas de esa época los escribió en aviones, aeropuertos y cuartos de hotel.
Los dos años que permaneció en la Esso fueron de casi total receso literario; sin embargo, Maqroll el Gaviero nació de las experiencias de Mutis en los planchones petroleros que recorrían el río Magdalena, desde Barrancabermeja hasta Barranquilla. Cabe destacar que Gaviero es el marino que desde el sitio más alto del barco vigila por todos los demás; su símbolo para el oficio de la poesía. En la Esso, Mutis manejaba importantes cantidades de dinero que la compañía destinaba a diferentes actividades: un buen porcentaje era para obras de caridad, y muy especialmente para el Secretariado Nacional de Asistencia Social (SENDAS). Pero el poeta le dio un uso distinto: lo invirtió en quijotescas empresas culturales y la compañía lo demandó, pues estaban en juego sus relaciones con la dictadura. Mutis tuvo que viajar con urgencia a México en 1956.
Era la segunda ocasión que visitaba ese país (la primera había sido en 1952) y desde entonces se convirtió en su lugar de residencia. Entró en contacto con el gran cineasta español Luis Buñuel y el productor Luis de Llano. Buñuel siempre soñó con llevar al cine la novela de Mutis La mansión de Araucaíma (1973), "relato gótico de tierra caliente". Gracias a ambos, Mutis consiguió empleo en una agencia de publicidad para la televisión. Se vinculó de lleno a la vida cultural mexicana y se hizo amigo de los escritores Octavio Paz, Juan José Arreola, Juan Rulfo, Carlos Fuentes y Elena Poniatowska.
No perdió los lazos con Colombia, pues esporádicamente colaboró en la revista Mito. En 1959, la prestigiosa revista publicó como separata el libro Reseña de los hospitales de ultramar, que significó la aparición en el mundo de las letras del romántico personaje de Maqroll el Gaviero, que viene a encarnar la conciencia del poeta. En 1959 se hicieron efectivas las demandas en su contra y fue recluido en la cárcel mexicana de Lecumberri durante un año y tres meses. Una nueva experiencia para su formación como escritor, pues, además de conocer la poco gratificante vida carcelaria, logró superar miedos y fantasmas. De ese período de su vida es necesario resaltar la disciplina que tuvo en devorar libros; leyó por segunda vez los siete volúmenes de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, de quien tenía un retrato en su celda. Dio forma a los relatos "Saraya", "El último rostro", "Antes que cante el gallo" y "La muerte del estratega", a algunos poemas de Los trabajos perdidos (1965), y escribió el Diario de Lecumberri (1960), resultado directo de su estadía en la cárcel, en el que narra, de manera conmovedora, la vida y muerte de "Palitos". El libro fue publicado por la Universidad Veracruzana.
Tras la cárcel, algunos años después, Mutis pasó a ser gerente de ventas para América Latina de la Twentieth Century Fox y luego de la Columbia Pictures (en donde permaneció hasta jubilarse en 1988), empresas que le permitieron seguir viajando por el mundo. Entre 1960 y 1973 es relativamente poco lo que hizo en literatura: en 1962 publicó cuatro textos con el seudónimo de Álvar de Mattos (diplomático portugués) en la revista Snob, dirigida por Salvador Elizondo y Emilio García Riera: "Pequeña historia de un gran negocio", "Historia y ficción de un pequeño militar sarnoso", "El general Bonaparte en Nizza" y "El incidente de Maiquetía o Isaac salvado de las jaulas". En 1964, en la Casa del Lago de la Universidad Nacional Autónoma de México, dictó una serie de conferencias dedicadas a sus devociones literarias: Valéry Larbaud, Joseph Conrad y Marcel Proust. Tales conferencias serían publicadas ese mismo año en la revista de la UNAM, dirigida por Jaime García Terrés.
En 1965 se publicó su libro Los trabajos perdidos, con el que obtuvo el Premio Nacional del nadaísmo para poesía de ese año. Entonces ya era considerado el mejor poeta colombiano del momento, aunque, definitivamente, su visión de la literatura y del país era sumamente pesimista. Decía, por ejemplo, que "la literatura es para mí una servidumbre dolorosa, y no siento por ella la menor simpatía. Me abruma un poco, por ejemplo, la agobiante montaña de literatura que producimos los colombianos y que nos oculta en muchos casos la miserable realidad de nuestra situación ante el mundo". Su enfoque sobre la violencia fue descarnado y realista: "La violencia en Colombia es el resultado de las seculares represiones e inhibiciones a que se ha visto sometido el colombiano por razones históricas y sociales. Como fenómeno me parece sano y recomendable, es un despertar. Todas las civilizaciones se han basado en sacrificios humanos, en violencia, en humillación y en sangre. ¿Por qué los colombianos creímos estar libres de esta servidumbre? Tal vez por retóricos y artificiales nos creímos de veras que éramos la Suiza de América. No hay que olvidar que los suizos llenaron de sangre a Europa como soldados mercenarios antes de formar su idílica confederación".
En 1973, se publicó en España Summa de Maqroll el Gaviero (1947-1970) que contenía las obras Primeros poemas, Los elementos del desastre, Los trabajos perdidos, Reseña de los hospitales de ultramar y Recuento de ciertas visiones. En 1977 inició la columna semanal "Rincón Reaccionario" en el periódico Uno más Uno, que después continuó en El Sol de México y en el diario Novedades. En 1978, se publicó una segunda edición de La mansión de Araucaíma, junto con los cuatro relatos escritos en la cárcel.
Sólo en 1982 volvió a aparecer un nuevo libro de poemas de Álvaro Mutis: Caravansary, que publicó el Fondo de Cultura Económica; ese año su gran amigo Gabriel García Márquez, a quien había conocido en 1950, ganó el premio Nobel de Literatura. Mutis, junto con otros amigos mutuos como Guillermo Angulo, Álvaro Castaño Castillo y Gloria Valencia de Castaño, Alfonso Fuenmayor, Gonzalo Mallarino, Alejandro Obregón, Hernán Vieco y Fernando Gómez Agudelo, fueron invitados especiales del autor de Cien años de soledad a la ceremonia de entrega del Nobel en Estocolmo. Al año siguiente se le concedió en Colombia el Premio Nacional de Poesía.
Información de Biografías y Vidas.
 
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui

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