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sábado, 10 de noviembre de 2012

ESO - Se halla una explicación a los aspersores cósmicos













La nebulosa planetaria Fleming 1 vista por el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO
Esta nueva imagen obtenida por el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO, muestra la nebulosa planetaria Fleming 1 en la constelación de Centaurus (El Centauro). Este impresionante objeto es una brillante nube de gas alrededor de una estrella moribunda. Nuevas observaciones han mostrado que es muy probable que, en el centro de este objeto, haya una extraña pareja formada por dos enanas blancas. Sus movimientos orbitales puede explicar las sorprendentes estructuras simétricas de los chorros en las nubes de gas que rodean a este y a otros objetos similares.
Crédito: ESO/H. Boffin
La nebulosa planetaria Fleming 1 en la constelación de Centaurus (El Centauro)
Este mapa muestra la ubicación de la nebulosa planetaria Fleming 1 en la constelación austral de Centaurus (El Centauro). La mayor parte de las estrellas que se ven en este mapa pueden apreciarse a simple vista bajo buenas condiciones meteorológicas, y la ubicación de la nebulosa está marcada con un círculo rojo. Esta nebulosa planetaria es muy débil y pequeña y solo puede verse con grandes telescopios de aficionado.
Crédito: ESO, IAU and Sky & Telescope
Visión de amplio campo del cielo que rodea a la nebulosa planetaria Fleming 1
 Esta visión de amplio campo muestra el cielo que rodea a la nebulosa planetaria Fleming 1 en la constelación de Centaurus (El Centauro). Esta imagen fue creada a partir de imágenes que forman parte del sondeo Digitized Sky Survey 2.
Crédito: ESO/Digitized Sky Survey 2. Acknowledgement: Davide De Martin
 Artist’s view of how a planetary nebula’s wobbling jets are sculpted
 This artist's impression shows how the two stars at the heart of a planetary nebula like Fleming 1 can control the creation of the spectacular jets of material ejected from the object.
Credit:
ESO/L. Calçada
 http://www.eso.org/public/chile/videos/eso1244a/
Acercamiento a la nebulosa planetaria Fleming 1.
Este vídeo comienza con una visión de amplio campo de la espectacular parte sur de la Vía Láctea. Nos acercamos gradualmente a una pequeña burbuja de gas brillante en la constelación de Centaurus (El Centauro). Se trata de la nebulosa planetaria Fleming 1, capas brillantes de gas y chorros simétricos alrededor de un par de estrellas ancianas. La detallada imagen final fue obtenida con el instrumento FORS2, instalado en el telescopio VLT (Very Large Telescope), en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile.
Crédito:
ESO/Digitized Sky Survey 2/Nick Risinger (skysurvey.org)
Music: delmo "acoustic"

Utilizando el telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO, un equipo de astrónomos ha descubierto un par de estrellas que se orbitan la una a la otra en el centro de una de las nebulosas planetarias más emblemáticas. Estos nuevos resultados confirman una teoría sobre la cual se viene debatiendo desde hace mucho tiempo y que plantea qué es lo que controla la espectacular y simétrica apariencia del material lanzado al espacio. Los resultados se publican el día 9 de noviembre de 2012 en la revista Science.

Las nebulosas planetarias [1] son brillantes burbujas de gas alrededor de enanas blancas — estrella tipo Sol en las etapas finales de sus vidas. Fleming 1 es un hermoso ejemplo con sorprendentes chorros simétricos [2] que tejen enredados patrones curvos. Se encuentra en la constelación austral de Centaurus (El Centauro) y fue descubierta justo hace un siglo por Williamina Fleming [3], una ama de llaves contratada por el Observatorio de Harvard tras mostrar sus aptitudes para la astronomía.
Los astrónomos llevan mucho tiempo discutiendo sobre cómo se originan estos chorros simétricos, pero no se ha alcanzado ningún consenso. Ahora, un equipo de investigación liderado por Henri Boffin (ESO, Chile) ha combinado nuevas obervaciones de Fleming 1 llevadas a cabo con el telescopio VLT con detallados modelos hechos por ordenador para determinar por primera vez cómo surgen esas extrañas formas.
El equipo utilizó el telescopio VLT de ESO para estudiar la luz que viene de la estrella central. Descubrieron que Fleming 1 parece tener, no una, sino dos enanas blancas en su centro, orbitándose la una a la otra cada 1,2 días. Pese a que ya se habían descubierto estrellas binarias en el corazón de las nebulosas planetarias, los sistemas con dos enanas blancas orbitándose mutuamente son muy poco comunes [4].
El origen de las intrincadas y hermosas formas de Fleming 1 y de otros objetos similares ha sido un tema controvertido durante muchas décadas,” afirma Henri Boffin. “Los astrónomos ya habían sugerido la posibilidad de una estrella binaria, pero siempre se pensó que, en caso de serlo, estarían bastante separadas, con un periodo orbital de decenas de años o incluso más. Gracias a nuestros modelos y observaciones pudimos examinar este inusual sistema con mucho detalle, llegando directo al corazón de la nebulosa, y descubrimos esta pareja de estrellas que se encontraba miles de veces más cerca”.
Cuando las estrellas con una masa de hasta ocho veces la del Sol se acercan al final de sus vidas, expulsan sus capas exteriores y empiezan a perder masa. Esto permite que el corazón caliente de la estrella emita radiación con mucha potencia, provocando que esa burbuja de gas en movimiento expulsado hacia el exterior brille en forma de nebulosa planetaria.
Mientras las estrellas son esféricas, muchas de esas nebulosas planetarias son increiblemente complejas, con nudos, filamentos, e intensos chorros de material formando patrones intrincados. Algunas de las nebulosas más espectaculares — incluída Fleming 1 — presentan estructuras con simetría de punto [5]. Para esta nebulosa planetaria esto significa que el material parece eyectado desde ambos polos de la región central en chorros con forma de S. Este nuevo estudio muestra que esos patrones de Fleming 1 son el resultado de la interacción de dos estrellas cercanas — el sorprendente canto del cisne de una pareja estelar.
Este es el caso más completo hasta ahora de una estrella binaria central para el cual las simulaciones han predicho correctamente cómo daba forma a la nebulosa que la rodeaba — y con una forma realmente espectacular,” explica el coautor Brent Miszalski, del SAAO y el SALT (Sudáfrica).
La pareja de estrellas situada en el centro de esta nebulosa es vital para explicar su estructura. A medida que las estrellas envejecen, se expanden y, durante parte de este tiempo, una actuó como un vampiro estelar, absorbiendo material de su compañera. Este material fluyó hacia la estrella vampiro, rodeándola con un disco conocido como disco de acreción [6]. Dado que ambas estrellas se orbitaban la una a la otra, ambas interactuaban con este disco y provocaron que se comportara como una peonza en movimiento — un tipo de movimiento denominado precesión. Este movimiento influye en el comportamiento de cualquier material que haya sido empujado hacia fuera a través de los polos del sistema, como si fueran chorros. Este estudio confirma que los discos de acreción con precesión en sistemas binarios causan los sorprendentes patrones simétricos que se observan alrededor de nebulosas planetarias como Fleming 1.
Las profundas imágenes obtenidas por el VLT también han ayudado a descubrir un nudos anillo de material en la zona interior de la nebulosa. Este tipo de anillo de material también se ha encontrado en otras familias de sistemas binarios, y parecen ser una firma reveladora de la presencia de una pareja estelar.
Nuestros resultados ofrecen una mayor confirmación del papel que juega la interacción entre pares de estrellas para dar forma, e incluso puede que formar, nebulosas planetarias”, concluye Boffin.

Notas

[1] Las nebulosas planetarias no tienen nada que ver con los planetas. El nombre surge en el siglo dieciocho debido a que algunos de estos objetos se parecían a los discos de planetas distantes al verlos con pequeños telescopios.
[2] Los chorros son eyecciones de gas en rápido movimiento impulsados desde el corazón de las nebulosas planetarias. Muy a menudo son colimadas — el material sale en chorros paralelos — lo cual signfica que se expanden muy despacio a medida que se propagan por el espacio.
[3] Fleming 1 toma ese nombre de la astrónoma escocesa Williamina Fleming, que la descubrió en 1910. Inicialmente Fleming trabajaba como ama de llaves para el director del Observatorio de Harvard (en la década de 1880), tras lo cual fue contratada para procesar datos astronómicos en el observatorio como una de las “computadoras“ de Harvard, un grupo de mujeres con dotes para llevar a cabo tareas de cálculo matemático y trabajos administrativos. Durante su época descubrió — y fue reconocida por ello — numerosos objetos astronómicos, incluyendo 59 nebulosas gaseosas, unas 310 estrellas variables y 10 novas. Este objeto tiene muchos otros nombres, entre ellos PN G290.5+07.9, ESO 170-6 y Hen 2-66.
[4] El equipo estudió las estrellas usando el instrumento FORS instalado en el VLT (Very Large Telescope), en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile. Además de tomar imágenes del objeto, también dividieron la luz en sus diferentes colores para obtener información sobre sus movimientos, así como la temperatura y la composición química del objeto central.
Se descubrió que las estrellas primaria y secundaria tenían aproximadamente entre 0,5 y  0,86 y 0,7 y 1,0 veces la masa del Sol, respectivamente. El equipo pudo descartar la posibilidad de que hubiera una estrella “normal”, como nuestro Sol, en el sistema binario, analizando la luz de las dos estrellas y estudiando el brillo del sistema. Dado que el sistema rota, su brillo solo cambia en pequeñas cantidades. Una estrella normal habría sido calentada por su compañera enana blanca, y puesto que siempre presentaría la misma cara ante su compañera (igual que ocurre con la Luna con respecto a la Tierra), presentaría un lado “caliente y luminoso” y otro “frío y oscuro“, fácilmente apreciables como una variación regular en el brillo. Por tanto, el objeto central es, muy probablemente, un par de enanas blancas — un exótico descubrimiento muy poco usual.
[5] En este caso cada parte de la nebulosa tiene un chorro gemelo exacto, a la misma distancia de la estrella, pero en la dirección opuesta — el tipo de simetría mostrada por las figuras de los naipes de una baraja convencional de cartas.
[6] Este tipo de discos se forman cuando el chorro de material que escapa de una estrella supera un cierto límite, conocido como el Lóbulo de Roche. Dentro de este lóbulo, toda la materia cae sobre su estrella anfitriona por la gravedad y no puede escapar. Cuando este lóbulo se llena y se exceden el límite, la masa se aleja de la estrella y se transfiere a un cuerpo cercano, por ejemplo, la segunda estrella de un sistema binario, formando un disco de acreción.

Información adicional

Este trabajo de investigación fue presentado en el artículo “An Interacting Binary System Powers Precessing Outflows of an Evolved Star”, H. M. J. Boffin et al., apareciendo en la revista Science del 9 de noviembre de 2012.
El equipo está compuesto por H. M. J. Boffin (Observatorio Europeo Austral, Chile), B. Miszalski (Observatorio Astronómico de Sudáfrica; Fundación „Southern African Large Telescope, Sudáfrica), T. Rauch (Instituto de Astronomía y Astrofísica, Universidad de Tübingen, Alemania), D. Jones (Observatorio Europeo Austral, Chile), R. L. M. Corradi (Instituto de Astrofísica de Canarias; Departamento de Astrofísica, Universidad de La Laguna, Spain), R. Napiwotzki (Universidad de Hertfordshire, Reino Unido), A. C. Day-Jones (Universidad de Chile, Chile), y J. Köppen (Observatorio de Estrasburgo, Francia).
El año 2012 marca el 50 aniversario de la creación del Observatorio Europeo Austral (European Southern Observatory, ESO). ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo. Quince países apoyan esta institución: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Holanda, Italia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción y operación de poderosas instalaciones de observación terrestres que permiten a los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también desarrolla un importante papel al promover y organizar la cooperación en investigación astronómica. ESO opera tres sitios únicos de observación de categoría mundial en Chile: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope, el observatorio óptico más avanzado del mundo, y dos telescopios de rastreo. VISTA trabaja en el infrarrojo y es el telescopio de rastreo más grande del mundo, y el VST (sigla en inglés del Telescopio de Rastreo del VLT) es el telescopio más grande diseñado exclusivamente para rastrear el cielo en luz visible. ESO es el socio europeo de un revolucionario telescopio, ALMA, el proyecto astronómico más grande en desarrollo. Actualmente ESO está planificando el European Extremely Large Telescope, E-ELT, el telescopio óptico y de infrarrojo cercano de 39 metros, que llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.

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Esta es una traducción de la nota de prensa de ESO eso1244.
Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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