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sábado, 14 de abril de 2012

La Historia del Amor Cruel: Capítulo XLVI.- Mónica llega a París y se instala en alojamiento para estudiantes extranjeros en La Sorbona

Hola amigos: A VUELO DE UN QUINDE EL BLOG., continuando con La Historia del Amor Cruel, entre Iarma y Olzagon, y como informamos en el capítulo anterior; Mónica va rumbo a París y conoce a una compañera de asiento que se llama Briggette, ella es francesa y soltera cuya edad le duplica a la de Mónica y al hacerse amigas le ofrece todo su apoyo en su estancia en París. Olzagon no asistió al aeropuerto a despedir a su amada; asimismo Mónica pudo comprobar que no ha menstruado y casi se puede asegurar que podría estar preñada, o tal vez es sólo un atraso prolongado que siempre suele suceder en jóvenes muy activas sexualmente; y en caso de ser cierta esta posibilidad, Mónica está dispuesta a ser madre y lo hará en tierras muy lejanas desde su país.

Aquí en la imagen observamos a Olzagon y Mónica, cuando todo era felicidad después de haber realizado su encuentro amoroso en "La Encalada". Fuente: Archivos del blog.

Aquí en la imagen observamos una típica representación de la terrible situación que muchos hogares atraviesan en el transcurso de existencia por que siempre hay la existencia de un tercer elemento (amante tanto para él como para ella) que como una tentación tenebrosa carcomen las consistencias del matrimonio, y más si los esposos viven solamente la apariencia y no la triste realidad de que no son felices. Fuente: Archivos del blog. Obra Literaria reconocida con Derechos de Autor, según Partida Registral No. 00855-2012, Asiento: 01; con fecha: 10 de Agosto de 2012, por : INDECOPI.

Después de 10 horas de prolongado vuelo, el avión se apresta a aterrizar en el Aeropuerto Internacional de París; Mónica había hecho una excelente amistad con Briggette y conversaron de todo lo que incluyó el amorío que tuvo con Olzagon y como suele suceder Briggette insinuó a Mónica que en Francia ella rápidamente se va a enamorar de un "romántico francés" y olvidará todo lo dejado en Cunante; desde luego, aún muy puritana rechazó tal posibilidad por que se sentía muy enamorada de Olzagon; y además, no estaba descartada la posible preñez; ella se cuidó de no informar de frente estar en gestación, pero la flamante amiga si lo intuyó y le dijo:
--- Mónica, si por alguna razón estás preñada, en París no tendrás problemas, por que yo conozco a una comadrona experta en estos menesteres de hacer abortar a jóvenes mujeres que no desean ser madres con embarazos indeseados.
Mónica al escuchar la ayuda de Briggette y que le habló de frente y sin tapujos, sintió un fuerte sacudión en todo su cuerpo admitiendo un aborto, pero nunca avisó a Olzagon que su "regla" no se presentó, y como tenía que contestar, dijo:
--- Muchas gracias amiga Briggette, por todo el apoyo ofrecido a mi persona, soy católica y como tal contraria a romper la concepción; es preferible sufrir las consecuencias de la entrega de cuerpo al amado y asumir sus responsabilidades y como no estoy arrepentida de haber amado a Olzagon y si él me hizo un hijo, pues lo tendré en París, pero si voy a necesitar mucha ayuda para conocer París y su riqueza cultural, por lo que estaré suplicando su apoyo.

Las flamantes amigas estaban tan concentradas en su conversación que no se habían dado cuenta que su avión ya aterrizó y se acercó la aeromoza a cada pasajero agradeciendo haber escogido su viaje en ese avión y los invitaba hacer lo mismo en su viaje de retorno a Cunante.

El avión parqueó en el lugar indicado por la torre de control y abrió sus puertas, de inmediato los operarios en tierra acercaron las escaleras a las puertas del avión para la evacuación de los pasajeros; Mónica y Briggette bajaron juntas y siguieron conversando, pasaron los tramites de control aduanero, visas y tickets y se despidieron, pero antes Briggette le dio una tarjeta personal donde figuraba la dirección de su domicilio y teléfonos, a lo que Mónica guardó dentro de su "diario íntimo" dicha tarjeta que seguramente le será muy útil cuando ella ya esté estudiando.

Mónica, en seguida pasó al salón de recepción de visitas a pasajeros recién llegados desde el extranjero y buscó un letrero con su nombre de la matrona que la iba a recibir, y no había nada; hasta que alguien muy apurado ingresó al salón y se abrió campo y levantó el "bendito letrero" con su nombre completo; a la recién llegada le causó mucha alegría ver su nombre y se dirigió al lugar abriéndose campo entre la multitud de tanta gente que había en aquellos momentos.

Mónica se acercó y al lugar indicado casi se desmaya de espanto por que la anfitriona era una mujer sumamente agestada, fría y vieja y de contextura gruesa que no daba garantías de ser amable.

Mónica, hizo de "tripas corazón" y en perfecto francés saludó y agradeció a su anfitriona haber venido a recibirla; la recepcionista fue muy parca y con cara de pocos amigos solamente contestó el saludo fríamente y de inmediato indicó a la joven ir al salón de recepción de equipajes para recoger sus maletas y al hacerlo de inmediato rumbo a su nuevo aposento en tierras parisinas.

En efecto ambas mujeres sin dialogar se acercaron al salón aludido, Mónica identificó a sus tres maletas grandes que tuvo que usar un "carrito maletero" para transportarlas hasta la zona de parqueo de taxis, allí estaba estacionada una camioneta de color negro con el logotipo de la Universidad La Sorbona y con chofer uniformado, quien saludó gentilmente y se bajó del carro y abrió las puertas traseras para subir las maletas de la joven estudiante, luego la hizo subir a ella en el asiento posterior, y se cerraron las ventanas; el chofer y la matrona subieron adelante y partieron rumbo al alojamiento que será su nueva casa de Mónica durante su estadía en París.

En el trayecto no hubo diálogo con ella, todos estaba callados, ya casi al llegar se abrió la ventana y Mónica pudo observar muchos bellos edificios, palacios, en seguida cruzaron el Río Sena, y ella continuaba fascinada observando tanta belleza y le vino a la mente ese nombre de "Ciudad Luz" y en realidad lo era. Hasta que finalmente llegaron al lugar del alojamiento, la fechada era impresionante se notaba una construcción de 10 pisos con acabados exteriores neo clásicos propios de la arquitectura francesa; el portón era de madera y levadizo suficientemente ancho como para permitir el ingreso de la camioneta.

Los recién llegados ingresaron y estando adentro, el chofer se bajó de su lugar de conducir y abrió la puerta donde estaba Mónica y la invitó a bajar en un francés de mucha cortesía; en seguida la adusta matrona de pocas palabras y muy seria y seca, indicó a Mónica seguirla y más atrás venía el chofer con las maletas, llegaron a un gran pórtico con muchas columnas y puertas que daba frente a un gran patio adornado con un jardín de plantas ornamentales, este lugar simulaba ser un corredor de un hotel y los caminantes llegaron al número 69, la madrona abrió la puerta y indicó ingresar a la recién llegada desde Cunante y le indicó todas sus obligaciones que tenía que cumplir y también sus derechos como alumna becada desde el extranjero; ella asumía la limpieza y orden dentro del dormitorio que era un aposento de aproximadamente 50 metros cuadrados y había una división entre la cama y la salita de estudio con mesa y sillas, además había teléfono pero apagado, baño con ducha y una tina blanca; igualmente estaban marcados los horarios para las comidas, los estudios y los descansos; asimismo el uso de ropas (uniformes) para dormir, para ejercicios físicos y para prácticas profesionales, y los útiles de aseo personal el tiempo aproximado que deberían durar en su uso; en realidad las reglas eran extremas y austeras sin perjudicar la buena estadía del estudiante; en el interior del dormitorio pegado en la parte alta había un parlante que usando un sonido musical de baja frecuencia, invitaba a la alumna a la cena que coincidió con su llegada; rápidamente Mónica que ya estaba sola se alistó para asistir al gran comedor y empezar a conocer a sus compañeros de estudio.

Al abrir la puerta de su dormitorio ya estaba aguardándola su madrona y le indicó que la siga, Mónica solamente obedeció y caminó tras ella; al pasar el pórtico uno a uno iban saliendo los estudiantes de los demás dormitorios; Mónica sin conocer a nadie solo hacía una venia; en seguida llegaron al gran comedor, que era un salón muy grande lleno de mesas y sillas con el piso reluciente y un agradable aroma de limpieza y muy iluminado, a un costado ya estaba haciendo fila algunas personas con bandeja en mano, esperando detrás de un mesón.

La madrona, indicó a Mónica coger una de esas bandejas y hacer fila detrás del último que estaba allí; en esos momentos llegaron los cocineros vestidos completamente de blanco y con gorro incluido y comenzaron a servir a cada comensal, quien tenía hasta siete opciones para escoger su comida; en realidad Mónica no tenía mucho hambre, por que fue muy bien atendida en el avión, sólo escogió dos de esas opciones que incluía una taza de café, té o leche, ella eligió té

Mónica con su bandeja servida nuevamente la madrona intervino y la ubicó en una mesa bipersonal junto a una chica de raza negra quien se puso de pié para recibirla y la brillaban los dientes completamente blancos y los ojos, luego del saludo se sentaron........
Continuaremos.....

Guillermo Gonzalo Sánchez Achutegui
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